jueves, 17 de diciembre de 2015

Más vale tarde que nunca

Esta semana caía en nuestras manos un informe de la CIAIAC sobre un accidente en ULM que, por primera vez, incluye recomendaciones hacia alguien que no es una empresa, un gestor público o una autoridad aeronáutica: se pide la colaboración de las asociaciones del ámbito recreativo.


Y es un paso, ya que hasta este año ni siquiera se venía generando algún tipo de recomendaciones para este segmento de la aviación y, desde que en 2012 se ofrecieron a la CIAIAC decenas de voluntarios para colaborar en estos asuntos, nunca se había utilizado el recurso de "asistirse de las asociaciones" para hacer mejor su función (investigar y difundir sus conclusiones).

El informe, del que tenéis una copia aquí en tanto lo cuelgan en la web de la CIAIAC, viene a concluir que uno de los motivos del accidente fue algo bastante habitual en el mundo del ULM, una modificación no autorizada, y viene a solicitar en sus tres recomendaciones la colaboración de tres entidades asociativas para que difundan tal información, quizá recordando el poder de convocatoria y alcance que tenía al menos una de ellas hasta 2013 (año en el que dejó de preocuparse por estos temas) y la certeza de que es una práctica bastante extendida en el sector.

La segunda de aquellas docenas de jornadas de seguridad que se organizaron durante 4 años.

El asunto es que un avión certificado de tipo (los ULMs también) pierde la vigencia de su Certificado de Aeronavegabilidad cuando se hacen ciertas modificaciones en tanto no sean autorizadas por la AESA, algo que viene siendo bastante habitual cuando se cambia una hélice, se modifica un motor o se hace cualquier cambio estructural sensible a lo autorizado al fabricante.

De hecho ya lo comentábamos hace algún tiempo, es una falla latente en la seguridad que los ULMs certificados de tipo, en la práctica, nunca sean revisados por la autoridad, lo que supone que modificaciones potencialmente peligrosas se hagan sin más, con el peligro que puede suponer (no solo para el propietario sino también para terceros) y la excelente excusa que se facilita a las aseguradoras para dejar de pagar en caso de accidente de un avión modificado.

Ojo, que los aviones no certificados de tipo (ULMs incluidos) también requieren de autorización para ser modificados, aunque éstos si que pasan como mínimo cada 2 años por una inspección.

Y es que ésto tan beneficioso de difundir recomendaciones de seguridad, aún sin que te lo pidiera la CIAIAC, es algo que se venía haciendo hasta 2013 por medio de aquellas Acciones para el Fomento de la Seguridad en Vuelo que tanto echan algunos de menos, hasta el punto de que (¿casualidad?) se trataba el mismo tema del informe de la CIAIAC (la posibilidad de engelamiento del carburador en un ámplio rango de temperaturas) en uno de los boletines trimestrales que desde esta consultoría generamos y en más de una charla con temática centrada en la mecánica preventiva y los procedimientos operacionales.

En definitiva:
  1. cuidado con las modificaciones en las aeronaves que una pequeña tontería puede degenerar en un grave problema.
  2. ojo con el engelamiento del carburador, sobre todo cuando se vuela surfeando nubes y aunque no haga demasiado frío.
  3. Si queréis refrescaros con temas de seguridad durante estas fiestas, y como desgraciadamente las causas de los accidentes siguen siendo las mismas, aquí tenéis algo de lectura y material al respecto.
Ya sabéis que, cuando no hay pan, buenas son tortas.



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