Seguro que os habéis preguntado alguna
vez: ¿quién inventó la primera CHECK LIST? Pues esta es la
historia de como fueron concebidas tal día como
hoy.
Era allá por 1935 cuando, en el
aeródromo de Wright Field, el Ejército de los Estados Unidos
probaba un nuevo prototipo de bombardero de la BOEING, el 299, que
pocos años más tarde acabaría haciendo historia con el nombre de
B-17 Flying Fortress.
Por aquel entonces ya se usaban los
procedimientos como medida de atenuación del riesgo, ya que seguir
una rutina permitía que los vuelos fueran más seguros y minimizaba
la posibilidad de olvidar cosas que, en un momento dado, podían ser
la diferencia entre la vida y la muerte. Pero los procedimientos,
aunque estaban escritos en los manuales del avión y eran machacados por los
instructores, se memorizaban y raramente se leían en cabina.
Pues tal día como hoy, pero hace 79
años, estaba una tripulación formada por expertos del Ejército, la
Armada, los fabricantes del avión y los motores haciendo una
evaluación del prototipo cuando, tras la carrera de despegue, los
testigos vieron como el magnífico cuatrimotor se encabritaba,
entraba en pérdida y se estrellaba consumiéndose en llamas.
La investigación del accidente
concluyó, gracias al testimonio del jefe de pilotos
de prueba de la BOEING que se encontraba a bordo y sobrevivió al
accidente, que el factor detonante del accidente había sido que la
tripulación había olvidado quitar las fijaciones del timón
de profundidad que se colocan en algunos aviones para evitar que el
viento los mueva y se dañen mientras está estacionado, detectando
el problema ya en plena rotación.
Era una falla activa en la seguridad,
un error humano (su memoria falible) que suele ser el punto más
débil de un sistema bien diseñado. Pero podía ser prevenido como
se pueden prevenir los mosquitos secando las lagunas que los
producen. Se pueden evitar algunas fallas activas eliminando las fallas
latentes de un sistema que las producen.
Así que una de las recomendaciones que
salieron de aquella investigación fue que, si bien era engorroso y
hasta inviable llevar los manuales completos de los aviones en
cabina, bien se podrían generar listas de comprobación de aquellos
puntos que se consideraran críticos, sobre todo en aeronaves
complejas como ya empezaba a serlo el prototipo del B-17.
En este vídeo se puede escuchar como las listas de chequeo se marcaban a fuego en los alumnos desde entonces;
Lesson learned.
Lesson learned.
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