Era allá por 1913 cuando los militares se dieron cuenta del potencial que tenía enviar un avión sin piloto a soltarle explosivos al enemigo y, para ello, pensaron en dos alternativas: hacerlo mediante un piloto automático o hacerlo mediante una aeronave controlada por un radioenlace.
Acababa de nacer el concepto de misil de crucero, en el primer caso, y los DRONEs (también conocidos como vehículos aéreos no tripulados o, como los llama nuestra normativa nacional, RPAS), en el segundo.
No, el V1 alemán no fue el primer misil de crucero como muchos piensan
Así que allá por 1916 ya volaba el primer misil de crucero, en los USA y bajo el patrocinio de la US NAVY, que consistió en un "biplano bomba" con el que se consiguió alcanzar un objetivo a 80 km con 140 kg de explosivo. Eso si, con una precisión no muy grande para lo que hoy se acostumbra a ver en el ramo de las "municiones inteligentes", como vemos más abajo, ya que el margen de error podía ser de unos 3 km.
Hoy, donde ponen el ojo ponen el misil.
Por ello Elmer A. Sperry, coinventor del girocompás y diseñador de varios sistemas de autoestabilización para aeronaves, podemos decir que fue el padre de los misiles de crucero.Pero los militares querían más precisión, así que Elmer (y su hijo Lawrence, también ingeniero) tuvieron que sumar sus conocimientos a los de otro inventor, Peter C. Hewitt, que había diseñado los primeros radioenlaces capaces de actuar remotamente sobre un mando de vuelo.
Había nacido "la bomba inteligente" o, como la conoceríamos hoy, un DRONE dispensador de explosivos que se vino a conocer como el "Hewitt-Sperry Automatic Airplane" y ya en 1917 era capaz de acertar de lleno en su blanco tras volar 140 km.
Y es que repartir pizzas, cerveza fresquita o tu paquete de AMAZON son aplicaciones mucho más atractivas de las capacidades de los DRONEs (para el común de los mortales) que descalabrar al vecino/enemigo.
Pero haciéndolo de forma segura, sin hacer daño a nadie aún sin querer, que es en lo que estamos ahora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario