... como son los de concepto en el sistema español de formación de pilotos de ULM.
Y es que nos llegan muchos comentarios
a santo de la “movida” que hay con la base de datos de preguntas
para los exámenes de ULM que se está consensuando entre “los
profesionales” (exclusivamente los instructores de vuelo de las
escuelas autorizadas y nadie más) y la AESA, como si fuera el Santo Grial (el que lo cura todo) del ULM, aunque la conclusión que sacamos los
profesionales de la formación es que igual
no se está poniendo el parche donde está saliendo el grano.
Así que algunos nos preguntamos: si nos enfrentamos ante una situación similar a otras que ya han sido solucionadas de una manera satisfactoria, ¿porqué no se aplican soluciones similares?
Así que algunos nos preguntamos: si nos enfrentamos ante una situación similar a otras que ya han sido solucionadas de una manera satisfactoria, ¿porqué no se aplican soluciones similares?
Hace
tiempo que los profesionales de la formación (educadores, sicólogos,
pedagogos, etc.) llegamos a la conclusión de la importancia de la
interdisciplinariedad en las evaluaciones. Esto implica la
convergencia de diferentes enfoques (a veces con extraños compañeros
de equipo) con un sentido complementario a fin de evitar las
naturales limitaciones de los encuadres centrados en una sola
perspectiva, permitiendo de éste modo alcanzar una solución/toma de decisiones más
segura, coherente y con mayor probabilidad de éxito.
Un equipo interdisciplinar
El asunto es que se viene detectando
que un porcentaje muy alto (casi el 50%) de los alumnos que presentan las escuelas
al examen teórico de ULM viene siendo suspendido, por lo que la
solución que se ha planteado desde la AESA (ante la queja de algunos
instructores) es que las preguntas de los exámenes provengan de una
base de datos conocida. ¿Y es esa "la solución"?
Mucho nos tememos que NO porque el
problema que se trata de resolver con esta solución del banco de preguntas, (el alto índice de suspensos, un síntoma, y no la mejora de la seguridad de vuelo, la enfermedad), radica en realidad en dos factores: uno que sería en
parte subsanable con esa medida y otro que no.
El subsanable es la pobre calidad
pedagógica de algunas de las preguntas habituales en el examen pero,
sobre todo, de un examen (en su conjunto) que no está diseñado
siguiendo ningún criterio didáctico sino, más bien, como criba
indiscriminada en la que no se trata de verificar la asimilación de
los “killer points” de la aviación y unas buenas prácticas
aeronáuticas, que es el objetivo que debería atender este examen.
Resumen de la última reunión AESA-Escuelas de ULM
Pero el factor que no se va a solucionar de ninguna
manera facilitando las preguntas de los exámenes es la escasa formación teórica que ofrecen muchas de las escuelas españolas,
pues con esta base de preguntas a secas lo que se conseguirá es justo lo contrario a lo deseado: que los
alumnos, ante la falta de clases teóricas que les permitan asimilar
los contenidos, se aprendan como loros las 1.500 preguntas propuestas
y, sin razonar ni asimilar el concepto que tratan de recoger,
aprueben los exámenes teóricos sin interiorizar nada.
Y recordemos que la asimilación de los contenidos teóricos, en España, solo se verifica mediante un test escrito ya que ningún examinador verifica, con una entrevista
personal con los examinandos como se hace en los países
aeronáuticamente civilizados, que el alumno comprende los conceptos
y es capaz de aplicarlos de una forma práctica en su operación.
Por tanto, aportando como única solución al problema una base de datos de preguntas de examen estaremos puenteando el relé que nos avisa de que algo está fallando en el sistema formativo, algo similar a la "solución" que propusieron los mecánicos del vuelo JK5022 de Spanair a un aviso luminoso que no se apagaba en la aeronave siniestrada.
Por tanto, aportando como única solución al problema una base de datos de preguntas de examen estaremos puenteando el relé que nos avisa de que algo está fallando en el sistema formativo, algo similar a la "solución" que propusieron los mecánicos del vuelo JK5022 de Spanair a un aviso luminoso que no se apagaba en la aeronave siniestrada.
La solución no es puentear un relé que falla, sino cambiarlo
Así que el problema de la
formación de pilotos de ULM lo que necesita NO es solamente una base de datos
de preguntas de examen para que haya más aprobados (puentear el relé) sino garantizar que el sistema forma adecuadamente a los alumnos también en los contenidos teóricos:
- Recibiendo en su escuela una formación teórica de calidad de manos de instructores capacitados.
- Asimilando los conceptos y no limitándose a memorizar un banco de preguntas.
- Capacitando al examinador para que haga un verdadero examen, dirigido a verificar la competencia del piloto, y no limitándose a burocratizar el proceso de emisión de una licencia de vuelo.
Y para éso hay que empezar por otro
sitio, no por la base de datos de examen sino por la formación
continua de los instructores pero, sobre todo, de los examinadores y la modernización del proceso de examen a imagen y semejanza de lo que se hace en otras organizaciones con cultura generativa de la seguridad porque, si no cambiamos el actual proceso de examen, tanto teórico como práctico, limitándonos a publicar una base de datos de
preguntas, no habremos solucionado nada; más bien todo lo contrario, estaremos maquillando el problema de fondo.
Igual es que ha llegado el momento de cambiar
toda la estructura de la formación de pilotos de ULM en España, y ya que estamos en plena revisión normativa sería buen momento, y no
solo de poner un parche para que el indicador “excesivos alumnos suspendidos
en el examen teórico” deje de incordiar sin importarnos sus implicaciones sobre
la seguridad de vuelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario