lunes, 18 de enero de 2016

Ojo con los seguros, que estamos en plena campaña

Llegadas estas fechas volvemos a tener una avalancha de consultas y lo cierto es que poco o nada ha cambiado desde febrero de 2014.

Aquel año será recordado por la pérdida de las magníficas condiciones que tenían los socios de cierta entidad asociativa en sus seguros aeronáuticos, que también favorecía a los no asociados gracias al juego de la competencia, ya que se beneficiaban de:

  • Una prima muy barata en el seguro obligatorio rebajada poco a poco y durante 5 años, desde los más de 600 € al entorno de los 250, mejorando la calidad del seguro contratado.
  • Un condicionado adaptado a las necesidades del piloto recreativo, ya que se compró a las aseguradoras la mayor parte de las exclusiones de las que se valían para rechazar siniestros y reducir coberturas, tales como volar con familiares o socios (que quedan descubiertos como pasajeros habitualmente), las operaciones desde superficies no autorizadas, los excesos de peso en "ultrapesados" y tantas otras cosas.
  • Una gestión y protección conjunta, como grupo, ya que el individuo en solitario siempre quedará indefenso ante la maquinaria burocrática de las aseguradoras cuando tenga un problema.
  • Un aumento de las garantías contratadas, con una Responsabilidad Civil (RC) sin limitaciones a terceros (lo mismo daba que fuera un pasajero u otros) por más de 1.2 M € o coberturas ilimitadas en caso de accidente para el piloto. Hoy, como mucho, la RC a pasajeros que garantiza la mayoría de las aseguradoras es de 250.000 DEG, cosa que se queda bastante corta en caso de accidentes muy graves con víctimas caras (gente joven con cargas familiares, para-tetraplejias y otras secuelas costosas).
Y hemos podido comprobar en los últimos dos años como la vuelta de estas exclusiones y limitaciones, habituales antes de 2009, empiezan a perjudicar a los pilotos que desgraciadamente tienen un accidente y pensaban que tenían un seguro con las mismas coberturas y garantías que tuvieron hasta 2013... pero ya no es así aunque nadie se lo haya dicho.

Han pasado por nuestra consultoría casos de rechazo del siniestro por ocurrir en un campo de vuelo no autorizado o por ser el pasajero un familiar del piloto pero, lo más sangrante, es cuando a un piloto que estaba confiado en que su "cobertura de daños propios" era la que acostumbraba a ser antes de 2014 le han dicho, aún convaleciente en el hospital y a media rehabilitación, que de cobertura ilimitada nada y que solo se atenderán sus facturas hasta un importe de 55.000 €, ya alcanzado y hasta excedido, con lo que tendrá que costearse el resto de sus gastos médicos de su propio bolsillo.

Y es que de ilimitado durante el primer año a 55.000 € (en el mejor de los casos) es mucho recorte de garantías para no advertirlo expresamente al asegurado, sobre todo si pensamos que "el mismo seguro de piloto/asiento" salía por 70 € en 2013 (y hasta gratuito durante el primer año si se era un habitual de aquellas jornadas de seguridad que ya no se celebran) y ahora se paga 100 € por ¿el mismo seguro?


Así que nuestra respuesta a las consultas que nos estáis haciendo es básicamente la misma que dábamos el año pasado: hay que elegir entre lo menos malo que ofrece el mercado porque bueno no hay. Tened muy en cuenta el perfil de riesgo de cada cual (que no es lo mismo un "dominguero" que un profesional de una escuela) y leed muy atentamente las limitaciones y exclusiones que vuelven a plagar las pólizas de seguro en todas sus vertientes (RC, piloto/asiento y casco).

Ya nadie hace esa labor por vosotros, nadie se lee la letra pequeña de las pólizas y negocia para eliminar lo que no interesa al asegurado, así que las aseguradoras han vuelto a aquellas pólizas infumables en las que, a las malas, todo estará excluido menos tener el avión a buen recaudo en el hangar, eso si, con toda su documentación en orden como le gustaba a aquel funcionario retrógrado.


Y decimos a las malas porque, ante unas pólizas en condiciones tan draconianas como las que hoy se ofrecen, con todo el ancho del embudo para la aseguradora, tras un siniestro quedarás en la situación que esta semana nos comentaba alguien desde el hospital:
me dicen que o firmo un finiquito abusivo en 48 horas, que no cubre ni la mitad de lo que debería cubrir y me deja en situación precaria, o nos veremos dentro de un par de años en los tribunales (como pronto) cuando les presente una demanda.
Así está la cosa: o tragas con lo que te ofrezca la aseguradora, aunque no llegue a reparar el daño, o te pones en manos del sistema judicial español. No sabemos que es peor.



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