Aunque para la AESA el repunte no es preocupante, ya que es cierto que la estadística no es especialmente alarmante si se toma una horquilla de tiempo suficientemente amplia, nos da que peca de lo que siempre suele pecar que es de no dar mucha importancia a lo que afecte a la "pequeña aviación" en su afán por gestionar la "gran aviación".
Ejemplo claro es que una elevación puntual de la probabilidad de que ocurra un tipo de incidentes (avistamiento de parapentes allá donde no debieran estar) que afecta a la aviación comercial si que ha saltado a la palestra en los últimos meses, pese a que el repunte de incidentes notificados ha sido en menos de un año y en un lugar muy concreto.
Quizá es síntoma de un exceso de protección de lo comercial y una escasa protección de lo recreativo. Quizá es una evidencia de que hay de pocos a ningún medio de difusión de estos riesgos detectados entre la aviación recreativa desde que desaparecieron en 2013 aquellas jornadas de seguridad que se destinaban a estos temas, acciones que la AESA apoyó pero sin tomar el relevo cuando dejaron de organizarse de un día para otro.
Pero lo cierto es que los que volamos desde hace muchos años, sin necesidad de que nadie llame nuestra atención sobre ello, hemos visto como los buitres y otras especies vuelven a abundar allá donde casi llegaron a desaparecer cuando se usaban pesticidas indiscriminadamente o no se facilitaba su desarrollo cambiando incluso sus comportamientos. Y, como todo, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas.
Para quien tiene muy equipado su "avioncito" con los últimos gadgets del mercado, como su atención comienza a centrarse en exceso en el interior de la cabina en vez de estar donde debería (mirando fuera para ver y evitar), es posible que aumente el riesgo de colisión, sobre todo si no planifica adecuadamente sus vuelos evitando en lo posible las zonas donde más densidad de aves hay como es el caso de zonas de nidación, humedales, muladares o rutas migratorias.
Zonas frecuentes de vuelo del buitre leonado.
Para quienes siguen mirando fuera y, sobre todo, usando técnicas de vuelo a vela cuando la ocasión es propicia, las aves son colegas que dan mucha información útil señalando térmicas o ascendencias en laderas. Cuantos más pájaros girando, más evidencias de variómetro positivo.
Al final es como todo, hay que sacar el lado bueno y ser precavido con lo malo. Hay que seguir los viejos consejos que todos conocemos y, si salta la alarma, procurar difundir la existencia del riesgo para que los usuarios del espacio aéreo, también los recreativos, se conciencien y pongan los medios.
Una lástima no vivir en USA y disfrutar de una autoridad eficaz TAMBIÉN con la aviación recreativa.
Y como obras son amores y hay que dar ejemplo:
- No dejes de mirar fuera si estás volando en VFR y, si llevas pasajeros, haz que participen en la búsqueda de otros usuarios del espacio aéreo, pájaros incluidos.
- Evita las zonas donde las aves se concentran y no las molestes. Consulta en lugares como "PROYECTO AVIS".
- Centra tu atención en las las "cosas" que aparentan estar estáticas en el cielo, ya que ésas suelen ser las que se están moviendo hacia ti (o tu hacia ellas).
- Si la colisión es inevitable, recuerda que los pájaros se evitan al revés que los cables. Ellos suelen hacerse una bola y dejarse caer, así que: al pájaro pásalo por encima y al cable por debajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario