miércoles, 21 de diciembre de 2016

Una explicación quiero

Ayer, mientras esperaba a ser atendido uno de nuestros compañeros de la consultoría en el hall de entrada/salida de una administración pública, una vez se leyó todos los carteles, tablones de anuncios y papelotes varios en las paredes, en su aburrimiento por la espera, no le quedó más que fijarse en los artilugios que, uno en la puerta de entrada y otro en la de salida, controlan el acceso de los funcionarios.

Uno como éste, precisamente.

Era curioso que, habiendo pasado ya holgadamente la hora de inicio de atención al público y habiendo sido citado a la primera disponible, las oficinas estuvieran casi vacías y el personal del servicio fuera entrando sin apelotonarse, cosa que suele suceder cuando todo el mundo tiene el mismo horario de entrada al trabajo.

Pero más curioso aún le resultó a nuestro compañero ver que la hora del artilugio que controla la entrada de los funcionarios estaba atrasada 25 minutos. Exactamente 25 minutos, poco menos del tiempo que llevaba esperando al funcionario que debía atenderle y aún no había aparecido.

Casualidad o no, el funcionario apareció pocos minutos antes de cumplirse los 25 minutos de "retraso" del control de acceso a su puestos y, a la salida, la curiosidad de nuestro compañero pudo más que las prisas por ir ya con 25 minutos de retraso sobre el horario previsto para hacer las gestiones de esa mañana.


Si ambas "máquinas de fichar" estuvieran igualmente retrasadas no habría problema y podría achacarse todo a un error, un apagón o, en definitiva, cualquier eximente de culpa para lo que se respiraba en el ambiente (desidia pura y dura). Pero no.

Como se entraba por una puerta, y se salía obligatoriamente por otra al otro lado de un amplio hall, había un control de acceso en cada una de las puertas; uno para fichar la entrada y otro para la salida. Así que la prueba del algodón fue sencilla comprobando, como temía, que el control de salida estaba en su hora exacta. Ni un minuto de retraso y desfasado un total de 25 minutos con su "hermano" de fichar la entrada.
Ahora, que venga alguien y nos de una explicación lógica para que nuestro compañero pueda dejar de pensar lo que seguro que tu mismo que nos lees estarás pensando.

Eso sí. Precisamente en esa administración pública, y si vas como administrado, procura que tu gestión sea a la hora exacta de la cita y llevando todo correcto o las consecuencias serán inolvidables, por lo desagradables y para tu desgracia.



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