Como suele ocurrir con las “nuevas” tecnologías que se hacen accesibles al público en general, o al
menos que pasan a ser de dominio público y entran a formar parte de
la cultura popular, los errores de concepto están a la orden del
día. Veamos algunos de ellos.
¿Dron, drone, zángano, RPA, UAV, UCAS, VANT...?
Bueno, aquí lo importante es que se te
entienda ya que todos esos términos son formas de referirse a
aeronaves no tripuladas, autónomas o no, y el uso de una u otra
denominación dependerá de los matices, el ámbito en el que se
esté usando el término y lo preciso que se desee ser en el discurso.
Lo cierto es que técnicamente y en
España, desde la publicación de aquel Real Decreto Ley (hoy Ley 18/2014) del verano pasado, lo que se viene conociendo como “drone”
es un RPA (Remotely Piloted Aircraft), o sea una aeronave remotamente
pilotada, aunque puede que ciertas partes de su vuelo (o todo) sea
realizado de forma autónoma.
No confundir el plural RPAs con el
RPAS, que es el sistema completo incluyendo su estación de control y
no solo la aeronave.
¿Son máquinas de matar?
La mayoría no, aunque su primer desarrollo como tecnología, como suele ocurrir con casi todo, ha
sido para el uso militar. Hoy por hoy se ha multiplicado su uso para
tareas que nada tienen que ver con matar gente y mucho con ayudar a
las personas.
Pero claro, en la tele es más rentable
en audiencia mostrar imágenes de un Predator, cargado de misiles
matando insurgentes en Afganistán, que de un multicóptero con apariencia de juguete cargado
con una canastilla de medicamentos urgentes para un enfermo aislado.
Mientras un RPAS reparte misiles en Afganistán, otro hace lo mismo pero con medicinas en Haiti
¿Pueden derribar aviones?
Bien usados y en el ámbito civil, es
muy poco probable que eso ocurra, salvo por un choque accidental y
mucha mala suerte. Si un RPAS es utilizado de forma profesional y en
los términos que permite su autorización (en España, gracias a la AESA, bastante restrictivos) la probabilidad de que haya un choque con otra "cosa que vuela" es similar a la de que cualquier aeronave choque con otra y, aún así y por su
tamaño habitualmente pequeño, las consecuencias no deberían ser
desastrosas.
Eso si, hasta el agua mata si se usa con mala fe.
¿No necesitan control humano?
Bueno, realmente aquí hay mucha
intoxicación de películas como Terminator.
Aunque un RPA vuele de forma autónoma
durante toda su misión, desde el despegue hasta el aterrizaje,
alguien (un humano) previamente le habrá dicho lo que tiene que
hacer. No harán nada que una persona no les diga que haga.
¿Son juguetes?
Algunos aparentan serlo y de hecho se
venden como tal, pero los RPAS profesionales no lo son y, de hecho,
algunos son herramientas muy complejas y caras.
Ciertamente es un peligro perder el
respeto por una máquina que muchas veces parece un juguete porque se
pueden producir graves accidentes, y si no que se lo pregunten a
Enrique Iglesias.
¿Si interfieres su señal de
control caen al suelo?
Aquí, nuevamente, hay mucha
intoxicación de las películas. Los RPAS que no son juguetes cuentan
con controles redundantes y, si falla todo, con sistemas denominados FAIL SAFE que, en tal caso, hacen que el RPA
vuelva solo a donde le ha sido programado, si ésto no es
posible, aterrice despacito y de forma controlada sobre el sitio en
el que está o, en el peor de los casos, incluso dispare un sistema de
paracaídas cayendo lo más lento posible y con sus motores apagados
para hacer el menor daño posible a lo que haya debajo.
¿Me traerán la pizza o el paquete
de AMAZON a casa pronto?
Mucho nos tememos que éso, en España,
tardará aún mucho (pero mucho) tiempo en verse. Ojalá nos
equivoquemos.
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