sábado, 4 de julio de 2015

El banco pintao

Todos hemos oído hablar de aquella anécdota, que viene a resaltar lo absurdo pero institucionalizado de algunas cosas que nadie se cuestiona a fuerza de verlas siempre igual y, en aviación, no íbamos a ser menos.


Bancos pintaos, en la forma de prohibiciones obsoletas y absurdas o de procedimientos desproporcionados y sin sentido promovidos por personal que desconoce la realidad aeronáutica, tenemos por docenas en el ámbito de la aviación recreativa y, lo peor, es lo que cuesta eliminarlos una vez se establece la costumbre ya que es favorecida en su inercia por la cultura burocrática de nuestra administración que, como es bien sabido, "se expande para satisfacer las necesidades de una burocracia en expansión".

Algunos dirán que el trabajo de muchos burócratas en el fondo es "asegurarse el puesto", justificar su propia necesidad para el funcionamiento de la sociedad, y posiblemente acertarán, ya que la maquinaria de la administración pública española es evidente que podría ser mucho más eficaz incluso con menos personal asignado pero, eso si, más motivado.

La burocracia

Así tenemos decenas de restricciones en el espacio aéreo que, hoy, no tienen sentido e incluso entran en conflicto con la FUA pero, como siempre han estado ahí, nadie se atreve a discutirlas. Es el caso de los CTRs españoles, los más enormes de entre los países aeronáuticamente civilizados (digamos que España lo es, solo por esta vez); o las normativas de hace 30 o más años que se resisten a desaparecer; o la profusión de zonas restringidas y prohibidas que nadie usa pero que ahí se quedan.

También podemos encontrar ese exceso de cultura burocrática en cualquier procedimiento, por sencillo que sea, que se terminará eternizando en la AESA por el requisito más absurdo que exija un protocolo desproporcionado, haciendo que una gestión administrativa que se podría resolver en minutos con los medios actuales (un email, una aplicación web o una simple llamada de teléfono) requiera de todos los perejiles que marca el procedimiento administrativo español, con lo que lo inmediato pasará inevitablemente al plano de la demora de semanas o meses.


Y no, no es que seamos unos anarquistas en esta consultoría. Para nada. Tan solo aspiramos a un poquito de PROPORCIONALIDAD a la hora de tramitar, de manera que se simplifique la vida del aficionado a la aviación y se requieran garantías procesales proporcionadas a la importancia de la gestión. Pero, sobre todo, que Eolo nos dote de mucha paciencia y sentido común para identificar los bancos pintaos que ya hay, eliminarlos y no promover otros nuevos complicando lo que en esencia es sencillo.




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