Ésto, salvo como es el caso de formar a un alumno del integrado del ATPL o algún tipo de restricción local, no es una aproximación visual segura para un avión ligero monomotor.
En un informe recientemente publicado de un accidente que se produjo en 2016 y costó la vida a dos pilotos de ULM que se estrellaban durante la aproximación final al aeródromo de Muchamiel, pese a que nos consta que se ha advertido a la CIAIAC del error de concepto, se considera o al menos se hace pasar por "aceptable" una aproximación final con una pendiente de 3º en un monomotor de pistón (una TECNAM P-96 G).
Cierto es que lo que tratan de justificar es que, aún con ese perfil de aproximación, los cables con los que chocó el ULM no tienen responsabilidad legal en el accidente aunque, al no ser el primer accidente con esos mismos cables, ya les ha parecido recomendable señalizarlos para evitar más disgustos. Pero la forma de expresarlo, nos tememos, igual induce a pensar a algunos pilotos que ese tipo de aproximaciones de baja energía no son malas para su salud.
Si eres de los que están entendiéndolo así, ten claro que te equivocas. Va tu vida en ello.
Todos los pilotos de aeronaves ligeras, la inmensa mayoría de ellas equipadas con motores de pistón, deberían saber que la aproximación correcta para su tipo de aeronave es la de alta energía (aquella que te permitirá asegurar la toma aunque el motor se pare en cualquier punto del tráfico de aeródromo), pero también todos hemos visto como hay una moda creciente de hacer las aproximaciones de baja energía: como un AIRBUS, siguiendo una senda suave apoyados en el motor y desde kilómetros de distancia de la pista en una larguísima final.
El cachondo de Paul Bertorelli lo explicaba muy bien en este video que ya os hemos enlazado alguna que otra vez.
Suponemos que, a falta de mejor comprensión del riesgo y concienciación del peligro que supone esa mala práctica para la seguridad de la operación, el piloto que perpetra ese tipo de tomas se automotivará pensando en lo guay que se le verá desde el suelo (con todas sus lucecitas encendidas y viéndolo venir de lejos y bien despacito, en segundo régimen de vuelo) y el pegote que se tirará ante los que desde tierra lo vean emulando a los ballenatos que aterrizan en Barajas.
Y posiblemente algo de cierto habrá en lo anterior... salvo que los que vean la maniobra sean pilotos bien formados y competentes, de ésos que conocen los riesgos de volar en segundo régimen y bajito.
Y posiblemente algo de cierto habrá en lo anterior... salvo que los que vean la maniobra sean pilotos bien formados y competentes, de ésos que conocen los riesgos de volar en segundo régimen y bajito.
En tal caso estarán tensos, buscando con la mirada el botiquín y el extintor además de rezándole a Eolo para que no le pille una descendencia, le tosa el motor o se le dañe la hélice porque un gorrión se cruce en su camino haciendo, en cualquiera de los casos, que termine estrellado a pocos metros de la cabecera de pista.
También es cierto que, para un piloto con poca mano o práctica, una larga final apoyada en el motor facilitará bastante la toma. Pero la solución para esa carencia no es arriesgar tu vida y la de tu pasajero en cada toma sino recibir instrucción de manos de un buen profesional.
Más cartelería sobre seguridad de vuelo y buenas prácticas aeronáuticas aquí.
En cualquier caso. Es muy peligroso hacer aproximaciones "tipo VASI/PAPI" en ULMs (y avionetas monomotores) como demuestra el estudio del accidente recién publicado; más aún porque ya ni respeta la que sería la pendiente mínima (la que garantiza la ausencia de obstáculos por diseño de la pista) que se debería mantener con un bimotor en su aproximación a una pista que contara con un sistema VASI/PAPI que NO (no, negativo, nunca, para nada) estará pensado para marcar senda final a monomotores de pistón.
Asimilemos algo de las lecciones aprendidas en el estudio de los accidentes de nuestros compañeros aunque la CIAIAC aún piense que se pueden aplicar a los ULMs los mismos principios de operación de aeronaves de mucho mayor porte y no recomiende, para evitar la confusión a la que induce su texto, que se insista y difunda entre los pilotos recreativos sobre lo buenas que son para su salud las aproximaciones de alta energía partiendo siempre que sea posible desde un circuito de aeródromo correcto.
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