Esta semana nos llamaba la atención un
artículo en uno de los boletines de noticias a los que estamos
suscritos en la consultoría, pues coincidía en temática con una
consulta que nos hacía recientemente un piloto extranjero (USA)
que quería volar en España “lo más parecido a un avión LSA americano”, porque se ha jubilado en nuestra Costa del Sol tras
toda su vida volando como profesional.
En particular nuestro cliente tiene en mente adquirir
un Evektor EuroStar para volarlo como ultraligero (ULM), cambiando las puestas de sol a las que estaba acostumbrado por otras menos aeronáuticas pero igualmente placenteras.
La primera parte de la consulta (¿dónde lo tengo que matricular?) fue
sencilla de contestar ya que hace poco
contestábamos genéricamente a esta pregunta frecuente con una entrada en este blog que aún recordaréis: Volar en España con matrículas extranjeras.
Pero en el fondo de la cuestión, que es lo que le preocupaba, estaban los requisitos médicos que, en la
UE y especialmente en España, resultan ser excesivos según para
qué si los comparamos con otros países aeronáuticamente más
evolucionados como UK, Francia o su país de origen, USA.
Por ejemplo, la necesidad del
certificado médico Clase 2 (C2) para hacer vuelos recreativos en
ultraligero con licencia española, es algo que a nuestro cliente le preocupa hasta el punto de plantearse cambiar su lugar de residencia a la costa de Francia, puesto que ha
perdido su certificado médico Clase 1 y prevé que también pierda el C2 en poco tiempo si evoluciona una dolencia que tiene que, de
cualquier manera, le permitiría seguir renovando su licencia de
conducción sin problemas y, por ello, seguir volando LSAs en USA o ULMs en Francia (pero no ULMs españoles) dado que, en USA, este requisito médico se
cubre mientras pases la revisión médica obligatoria para seguir
conduciendo coches y en Francia solo tienes que pasar un reconocimiento inicial al emitir tu brevet.
Y es que son muchas las razones que
hacen pensar que la exigencia de un C2 es un
exceso en el ámbito recreativo. La principal es que nadie ha
demostrado aún que la posesión del dicho certificado en vigor haya
evitado ningún accidente sino más bien lo contrario, ya que se ha
dado el caso de un infarto en vuelo a un piloto de ULM con su C2 recién renovado.
Así que, como decía la abuela,
algunos están empezando a pensar mal ¿y acertarán?
Hace pocos días se celebraba el congreso anual de
la AMA en los USA donde médicos se reunían y debatían, entre otros
temas, sobre las intenciones de su autoridad nacional (FAA) de validar
los requisitos médicos de la licencia de conducción en otras
categorías de la aviación recreativa, vistos los resultados
saludables de la aplicación de este criterio en la licencia Sport
Pilot, la que te permite volar los LSA.
El debate tuvo momentos de auténtica
gresca cuando se vio claramente, sobre todo para AMEs (médicos
examinadores aeronáuticos) presentes en el congreso que también son pilotos y saben bien de
lo que hablan, que la recomendación de esa asociación oponiéndose
a tal innovación normativa, que facilitaría la prolongación de la actividad como pilotos recreativos de una población sana pero cada
vez más envejecida e inútil en muchos casos si se siguen los
criterios de un C2, tenía un puro interés
económico en el lobby de los que emiten esos certificados: los AME.
Y así es la vida. El sentido común y
la proporcionalidad quedan en segundo plano cuando un grupo de
presión sin escrúpulos ve peligrar sus intereses económicos y actúa ante las
administraciones.
De todas formas en USA tienen suerte.
Las principales asociaciones del sector de la aviación recreativa
(AOPA, GAMA y EAA) ya han puesto el grito en el cielo y su maquinaria "lobbística" a trabajar. Los medios ya hablan de “Shame on the AMA” (Vergüenza en la Asociación de Médicos de América).
Ahora le toca
mover ficha a la FAA, y recordemos que lo que hace la FAA tarde o
temprano se termina replicando en el resto del mundo, aunque
también esta institución ha tenido sus momentos de “shame”, como cuando
retiró a Bob Hoover, el "Piloto de pilotos", su licencia de vuelo por cuestiones médicas
(el dichoso C2 de nuevo) y éste tuvo que sacarse la licencia australiana
(menos restrictiva con las limitaciones médicas) para seguir
volando.
Luego la FAA se reposicionó y volvió a concederle licencia cuando Bob resolvió una
emergencia en vuelo que a otros pilotos, teóricamente más sanos y médicamente aptos, hubiera costado posiblemente un buen disgusto, si no la vida.
Pero ésa es otra historia que igual
algún día os contaremos como culturilla aeronáutica que es, aunque hoy mismo la "Fraseología aeronáutica" en nuestro perfil de Facebook lo tenía como protagonista.
Bob Hoover, Piloto de pilotos
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