miércoles, 6 de agosto de 2014

Quizá ya lo han notado pero, el GPS, atonta

Es la frase de una presentadora de televisión que servía como entradilla a una serie de vídeos en los que se veía como coches y camiones se metían en situaciones absurdas (y en algunos casos hasta peligrosas) por seguir ciegamente las instrucciones de un GPS sin cuestionarse lo que era evidente: la máquina les estaba llevando a un callejón sin salida.

Algo parecido está ocurriendo en la aviación recreativa con el abuso de las nuevas tecnologías.
 

La aparición de ayudas más o menos complejas en formato GPS, y aplicaciones para teléfonos o tabletas, empieza a ocupar un lugar dominante en las cabinas de los aviones recreativos. La confianza que los pilotos depositan en ellas es cada día más absoluta sin cuestionarse que, como máquinas que son, están sujetas a errores hacen que cada día sean más los incidentes a los que nos inducen.

Lo cierto es que son magníficas herramientas de seguridad si son usadas con sentido común, disciplina y como lo que son, ayudas a la navegación. Pero un GPS con cartografía aeronáutica no actualizada, la pérdida de señal del sistema, un simple número “bailado” en unas coordenadas, un enchufe que falla o una batería que se agota, hoy por hoy y según vuelan algunos pilotos recreativos confiados en la infalibilidad de su gadget, pueden derivar en una emergencia en vuelo.


Porque, ¿cuántos de vosotros que voláis confiando vuestra navegación a un dispositivo electrónico lleváis también el vuelo planificado sobre una carta de papel como respaldo a una máquina que puede fallar? Y, de los que lo hacéis, ¿cuántos lleváis ese material de respaldo a mano y no en el fondo de una bolsa que igual ni podéis alcanzar durante el vuelo?

En muchos casos, la planificación previa (y necesaria) a un vuelo se está sustituyendo por un simple “encender el GPS y darle a GOTO dondesea”, que es la antesala a meterse directamente en la boca del lobo, en una situación absurda y a veces peligrosa (para ti y para otros) como la de los conductores que seguían ciegamente las instrucciones de su GPS y terminaron saliendo en las noticias.

Solo hay una diferencia: los conductores de vehículos terrestres, cuando ven que se han metido en la boca del lobo, pueden parar en el arcén y replantearse con calma la situación.

Esta interceptación solo era una demostración, pero muchas otras (ejemplos 12 y 3) han sido de verdad.

¿Puedes hacer tu lo mismo volando al límite del ocaso, cuando te queda poco combustible y no estás donde esperabas o cuando te has colado bien dentro de donde no deberías estar y sientes el peligro a tu alrededor?

Planifica tus vuelos y no olvides las viejas (y fiables) técnicas y herramientas de navegación: cronómetro, carta, compás y mucho sentido común.

P.D. Si te interesa aprender más, EGAST publicó éste documento a propósito del tema

Actualización 21082014: Parece que no somos los únicos que se han dado cuenta del daño que está haciendo el GPS a los verdaderos pilotos: http://desliza.es/blog33.html#140809




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