Y es que la calidad de los ULMs de última generación, su relativo bajo coste de adquisición y su reducido coste de mantenimiento y operación, se termina imponiendo en un mundo donde no solo la aviación comercial trata de ajustar al máximo sus costes y rentabilizar sus operaciones.
Lo malo es que los pilotos recreativos que tengan intención de adquirir un producto de Pipistrel van a ver como la lista de espera aumentará ya que confiesa el fabricante tener carga de trabajo para un par de años solo con este pedido, el mayor de sus 26 años de historia.
Algunos pagaríamos gustosos por una foto de la cara de los directivos de AIRBUS al leer noticias como ésta después de lo ocurrido hace poco en el Canal de la Mancha.
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