viernes, 9 de mayo de 2014

El equipo de vuelo

Cuando pensamos en “equipo de vuelo” se nos viene a la cabeza ésto:

Pero, por puro sentido común, un piloto de aeronave ligera necesita un equipamiento proporcional a los riesgos que asume en su actividad. Vamos a hacer algún apunte al respecto.

Ya hablamos del mejor tejido a utilizar en nuestra actividad, así que nos centraremos en otros factores ambientales porque hace muy poco comentamos algo sobre el tema aquí

Y uno de los factores ambientales más determinantes es la radiación solar, que se amplifica con lo angosto de nuestras cabinas poco protegidas de la luz porque debemos “ver para evitar” como fundamento del vuelo visual, el más practicado por la aviación ligera.

Llega la época del año en la que los días son más largos y la actividad aeronáutica aumenta con más horas de vuelo y viajes, que nos hacen estar expuestos a un sol implacable y sus riesgos como ya nos avisa la AEMET pensando en los simples peatones que no reciben como los pilotos una radiación solar muy superior y equivalente a la de la alta montaña.



Así que no estará de más revisar nuestro equipo de vuelo:
  • Gorra o sombrero. Preferiblemente de tela y tono claro, para que no se recalienten los sesos, sin corchetes que se claven al ponernos los auriculares. Si cubren el cuello, mejor, sobre todo en aviones de ala media o baja.
  • Gafas de sol. Muy prácticas las que tienen el tinte degradado en la parte inferior del cristal, lo que evita que tengas que estar haciendo esfuerzos por ver la instrumentación en contraste con la alta luminosidad exterior.

  • Pañuelo de seda o similar. Si, como el de los pilotos de las películas. No son un simple aderezo estético y tienen su función para evitar erosión en un cuello que se mueve continuamente vigilando su entorno. Recuerda aquel viejo dicho aeronáutico: los cuellos rígidos son peligrosos.
  • Goma de mascar. ¿También como en las películas? Si, da cierta imagen de informalidad y arrogancia pero, en realidad, sirven para compensar el oído al cambiar de altitud. Ofrece a tus pasajeros para evitarles dolor de oídos, acúfenos o sordera momentánea, haciendo su vuelo más agradable... y su aliento más fresco.
 

  • Crema solar. De factor alto, piensa como si fueras a hacer montañismo. Y no te olvides de cubrir brazos, cuello y piernas si llevas pantalón corto.
  • Botella de agua. Es fácil evitar la deshidratación o una “pájara” (si en vez de agua llevas una bebida isotónica) y, una vez vacía, también puede servir para una “micción de emergencia” si llevas una de boca ancha, tienes la vejiga tamaño nuez y no aguantas hasta el destino.
  • Navaja. A ser posible de las que se abren con una sola mano y tienen incorporado a las cachas un cortacinturones.
 

Y, a partir de aquí, el equipamiento extra que quieras llevar a mano ya es una cuestión de pura comodidad, gusto de cada cual y espacio disponible en cabina.


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