Nos consultan muy a menudo sobre la
viabilidad técnica de construir aeródromos y campos de vuelo destinados a la aviación
recreativa en lugares concretos, de hecho, facilitar un estudio previo de viabilidad a quien nos lo pide es un servicio gratuito que prestamos desde hace años. Y es habitual el comentario del promotor
de que “Aviación Civil lo pone muy difícil”.
No es cierto. La mayoría de las veces
no es “aviación civil” quien pone difíciles las cosas.
De
hecho, ni “aviación civil” es siempre la misma "aviación civil" ni respetar lo
dispuesto en el documento de referencia para estos temas, el Anexo 14
de OACI, es tan complicado las más de las veces; y menos aún que lo será cuando se
publique el nuevo Real Decreto de Aeródromos Restringidos que está
a punto de aprobarse por la autoridad de aviación civil estatal, normativa en cuya redacción participó nuestra consultoría durante 2012-13 y que esperemos adopten las autoridades autonómicas, si es para mejorar lo que ya tienen.
Pero lo cierto es que a los no
iniciados en las complejidades de diseñar y autorizar superficies
aeronáuticas todas las trabas les parece que vienen del mismo sitio,
de “aviación civil”, cuando las más de las veces no se trata de
un problema aeronáutico ni la autoridad de “aviación civil” es
siempre la misma, ya que hay comunidades autónomas que tienen esa
competencia delegada.
Tenemos que ser conscientes de que la
autorización de una superficie aeronáutica es un claro ejemplo de
tramitación multicompetencial, ya que intervienen autoridades
locales, autonómicas y nacionales en distintos ámbitos, no solo el
aeronáutico, como el urbanismo, medio ambiente, cultura, otras
infraestructuras, seguridad y defensa, etc. Un largo etcétera, que
dependerá mucho de la ubicación propuesta.
Habitualmente “las marías” de
estos procedimientos son las autoridades urbanísticas y medioambientales, ocupando el resto de interlocutores un papel secundario y casi protocolario en muchos casos.
Pero la complejidad de sus normativas (casi una distinta por comunidad autónoma) y lo inadaptado de éstas a este tipo de iniciativas, normalmente
tropieza con su falta de "engrane" e imprevisión para implantar
infraestructuras aeronáuticas en el territorio. Es más, cuando se hace
referencia a estos temas, el desconocimiento del ámbito hace que se suela tratar de una forma desproporcionada, como si todos los aeródromos fueran en potencia como El Prat o Barajas,
olvidando que hay una aviación ligera con requisitos, servidumbres e implicaciones abismalmente diferentes.
EL AERODROMO
Así lo desea el promotor
Así se lo imagina el burócrata
Por éso a veces, por puro desconocimiento del
alcance e impacto que tiene un aeródromo recreativo y falta de integración de las distintas normativas en concurso, las cosas se
vician nada más empezar y se complican los trámites hasta niveles que los hacen inviables, razón por la que hay que procurar que estos temas los
encaucen desde el principio gente, valga la cuña publicitaria, como
nosotros.
Así que, cuando os pongan trabas y el
camino aparente un exceso de dificultad, no culpéis siempre a los
mismos porque, probablemente, no serán quienes estáis pensando.
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