jueves, 19 de junio de 2014

Seguridad y bautismos aeronáuticos

Llegado el verano raro es el piloto, profesional o aficionado, veterano o novel, al que no le surge el “compromiso” de bautizar a algún familiar o amigo. Será una experiencia que marque al bautizado para toda la vida así que, si somos inteligentes y tenemos visión de futuro, querremos darle la mejor de las impresiones sobre nuestra actividad a fin de no crearnos un potencial enemigo y, preferentemente, dar salida al aerotrastornado que todos (o casi) llevamos dentro.

Así que hoy daremos algún apunte sobre el tema para que no os ocurran cosas como éstas:

Lo primero que debemos plantearnos es el momento, dado que las condiciones meteorológicas deben ser absolutamente favorables para evitar un mal viaje a nuestro bautizado. Lo ideal es la primera hora de la mañana (antes de que la convección comience a hacer de las suyas) de un día de “sol y moscas”. Pero claro, los hay que no les gusta madrugar así que otra opción es “la hora del Obispo” (la última hora de la tarde) que reúne condiciones muy similares a la ideal, pero sin madrugones.

Lo segundo es que nuestro “plan de vuelo” debe ser corto. Es preferible, para una primera experiencia, un pequeño vuelo de unos minutos por los alrededores del aeródromo a plantearse un viaje de mayor duración con el riesgo de que nuestro pasajero sufra una cinetosis, disbarismo o cualquier trastorno que tendría una rápida solución aterrizando si estamos cerca de nuestra base y una peor si nos hemos alejado demasiado. Mejor dejamos para un segundo vuelo ese paseo para enseñarle el pueblo, la playa o la montaña que siempre quiso ver desde el aire.

Aunque el vídeo está en inglés se entiende muy bien, sobre todo si activas los subtítulos

Lo tercero, y las más de las veces ignorado, es que no debemos asumir que alguien que no es piloto sabe cosas que son obvias para nosotros por lo que es importante hacer un buen briefing a nuestro pasajero con un doble objetivo. Por un lado lo prepararemos para disfrutar más del vuelo anticipándole las sensaciones, las maniobras que haremos, el funcionamiento de equipos y todo aquello que estará a su alcance y hará más interesante y enriquecedora su primera experiencia y, por otro, nos servirá para la inexcusable tarea de instruirle sobre su seguridad y la del vuelo.

Es importante que acompañemos en todo momento a nuestro pasajero desde que llega al aeródromo para que tenga en cuenta los riesgos, nada evidentes para el neófito, que en un campo de vuelo puede haber para él y sus posibles acompañantes (hélices paradas o en movimiento, superficies cortantes, calientes o punzantes en las aeronaves, rebufos, lo que se puede tocar y lo que no, objetos sueltos que pueden salir volando o rodando y terminar en lugares comprometidos, etc) por lo que el briefing debería empezar incluso antes de entrar en la plataforma.

Algún material de apoyo para el briefing al pasajero, más material sobre seguridad de vuelo aquí.

Enseñadas las reglas básicas de seguridad antes de entrar en la plataforma, podemos aprovechar la revisión prevuelo para seguir explicando cosas mientras acomodamos al/los pasajero/s en su asiento, aunque lo ideal es que el avión ya haya sido revisado sin distracciones por su piloto previamente a su llegada. Así nos centraremos en atender a los invitados y no descuidaremos los procedimientos.

Aunque el vídeo está en inglés se entiende muy bien, sobre todo si activas los subtítulos

Hay como mínimo tres cosas que no debemos olvidar en nuestro briefing al pasajero y, para ello recordad esta abreviatura que también está asociada a una conocida técnica de primeros auxilios: RCP.

R- El uso de la radio. Debemos explicar como funciona la radio/intercom para el caso de que el pasajero la tenga que usar en vuelo o en caso de accidente si el piloto queda incapacitado. Si, no es agradable pensar así, pero es más seguro preverlo.

Explicar las cosas con naturalidad y dejando claro que es para el caso improbable de que ocurriera algo no hace más que hablar bien de nuestra profesionalidad y responsabilidad ante el pasajero, además de ser una buena práctica aeronáutica que incrementa la supervivencia de todos en caso de accidente.

C- Cinturón y atalajes. Debemos pensar que no todo el mundo está familiarizado con los arneses de ciertas aeronaves y necesitarán ayuda para ponérselos, quitárselos y ajustárselos para estar cómodos.

P- Puertas/salidas. Al igual que en el caso anterior, no todos los sistemas de cierre son tan intuitivos como debieran y hay que instruir al pasajero en su apertura y cierre así como en los procedimientos de evacuación, que pueden consistir simplemente en dar una patada a determinada ventana.

Además de explicar claramente lo anterior no está de más tener una tarjeta con algunas instrucciones de seguridad, similar a la que podemos encontrar en los aviones de pasajeros. Es interesante guardarla donde mismo tengamos las “bolsas para el mareo”, así no nos olvidaremos de verificar que las llevamos a bordo y que el pasajero sabe donde encontrarlas si las necesita.

Puedes encontrar las dos caras de esta tarjeta en PDF junto con otro material sobre seguridad de vuelo aquí.

Ahora solo nos quedará ofrecerle un chicle (que evita la mayoría de los problemas de disbarismo y mejora el aliento, algo a tener en cuenta en cabinas estrechas) y hacerle disfrutar de un vuelo agradable y seguro para sumar un nuevo adepto a nuestra causa.





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