viernes, 13 de noviembre de 2015

La misma canción de siempre

El pasado jueves se celebraba en Madrid una jornada sobre "El Desarrollo de la Aviación General y Deportiva en España" y la conclusión final bien podría ser un déjà vues la misma canción de siempre, pero nadie le termina de poner la letra.


Durante una larga mañana, por lo pesadas y repetitivas que llegaron a ser algunas de las ponencias, se fue desgranando la misma conclusión a la que llegamos hace muchos años los habituales de estos saraos: que si algo tenemos claro sobre la Aviación General (AG) es que tenemos claro lo que no es.

Y lo peor es que ni siquiera hay un consenso entre las autoridades, los administrados y los técnicos ya que algunos pecan de puristas mientras otros pecan de barrer en exceso hacia sus intereses locales/particulares. Quizá la mejor definición propuesta, y porque cedía un poco hacia todas las posturas, fue la del representante del COPAC en la que se dividía la AG en dos grandes segmentos: la Comercial y la Recreativa.

La Meca de la AG: Oshkosh

La AESA, representada por la Directora de Seguridad de Aeronaves (Marta Lestau), manifestó sutílmente lo que ya todos sabíamos, que la AG es la última de las prioridades de la AESA, aunque ella lo dijo con mucha elegancia, planteando a la audiencia que ocupa "el último lugar de su plan estratégico"; un plan que nadie conoce, por supuesto.

Y duele escuchar que incluso a estos niveles de la administración (jefatura de la DSA) se tienen grandes lagunas de conocimiento del medio y datos sesgados cuando se habla de AG. Es un viejo problema de nuestra administración, aunque no es más que el fiel reflejo de nuestra sociedad donde hay una falta de cultura aeronáutica endémica y un excesivo enfoque en lo comercial..


Lamentablemente, en una jornada con centro en la "aviación general y deportiva", poco o nada se habló de lo recreativo-deportivo, centrándose el discurso en los aeroclubes que vuelan en la red de AENA y el "ejemplo" de un par de ATOs del mundo de los veleros. Solo se citó, de refilón, el crecimiento exponencial del ULM (en torno al 50% de las aeronaves matriculadas en España) y nada de los demás usuarios recreativos del espacio aéreo que viven en el limbo normativo (bueno, en realidad asimilados operacionalmente al ULM por obra y gracia del RD 1591/1999): el paramotor y el vuelo libre en sus manifestaciones parapente y ala delta, por no citar el aeromodelismo, que ha sido el gran perjudicado por la aparición de los RPAS y su "alarma mediática" (hoy todo el mundo, incluso las Fuerzas de Seguridad del Estado, ve DRONES amenazadores por todas partes).

Ni una palabra de ésta parte nada despreciable de la AG y deportiva.


No es de extrañar porque las entidades que se adjudicaron la representación de "lo recreativo" fueron, para variar, AOPA (en la práctica el Aeroclub de Sabadell, centrado en sus avionetas y la aviación corporativa) y el RACE (en la práctica, los aeroclubes que habitan la red de AENA con nada más pequeño que una Cessna 152 en sus flotas). Ni la RFAE, ni ninguna federación autonómica, ni una AEPAL en barrena plana que envió a dos representantes que se limitaron a estar allí sentaditos y callados, rompieron una triste lanza por la vida aeronáutica recreativa que hay más allá de la red de AENA; ésa que viene siendo ignorada por autoridades y gestores de lo público mientras es desconocida por el resto.

Bien podría ser la aviación general y deportiva, o simplemente la aviación recreativa, en España

Todo finalizó como siempre, con ese déjà vu, esa musiquilla que ya todos nos sabemos (estamos trabajando en ello pero tenemos que priorizar -hacia lo comercial- los escasos recursos de la AESA) declaración de buenas intenciones a la que nadie, en muchos años, le termina de poner una letra, a ser posible en un BOE, como una innovación de una normativa del ULM con 33 años de antigüedad (sobre todo en lo que a operaciones y limitaciones operativas se refiere) o normativas específicas para el vuelo libre y el paramotor (más que nada para que no sigan siendo tratados, y sancionados, como si fueran ULMs).

Aunque lo peor, porque tiene su coste en vidas, es la evidencia de una falta de cultura aeronáutica y de la seguridad ya que, desde 2013, nadie se encarga de promover acciones para el fomento de la seguridad de vuelo a las que la administración española se pueda arrimar para, al menos, cubrir su expediente subiéndose al carro de terceros como Marta Lestau lanzó para quien quisiera recoger el guante.

Igual no hace falta más de un minuto para explicar, solo con imágenes, lo que es la Aviación General y su potencial




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