sábado, 30 de noviembre de 2019

Cultura de la seguridad: obras son amores

No pocas veces hemos hablado de la cultura de la seguridad en las organizaciones, ésas que OACI clasifica como generativas (la deseable), burocráticas o patológicas. Ya sabéis lo que pensamos de ello por entradas anteriores en este blog.


Pero vamos a poner sobre la mesa otro ejemplo práctico, porque la cultura de la seguridad no solo va de predicar que la prioridad de una organización con vínculos con la actividad aeronáutica debe ser la seguridad operacional para, luego, machacar al operador de lo que sea que vuele con toneladas de papel que, al final, se quedan en mera burocracia exacerbada con un residual impacto en la seguridad de vuelo o incluso efectos contraproducentes. También hay que demostrarlo con obras.


Mientras AESA preparaba e impartía una jornada para las FFCCS (una más, ya que ha celebrado decenas como ésta) en las que les explican con detalle lo que deben poner en sus denuncias para que no se escape por defecto de forma el infractor de una norma en excesivas ocasiones inadecuada, ¿qué hacían desde una unidad del Ejército del Aire, como es el Ala 78, que se dedica a formar futuros pilotos con un claro enfoque hacia la seguridad de sus operaciones?


Pues en colaboración con FEADA organizaban una jornada de divulgación de la cultura de seguridad para los deportistas de su entorno, algo que redundará en mutuo conocimiento de sus zonas de vuelo y evitará riesgos en el futuro.

Las posturas ante el mismo problema (infracciones de la normativa por penetración no autorizada en zonas restringidas al vuelo) son absolutamente opuestas, como sus culturas organizacionales:
  • AESA destina sus escasos medios a reforzar la eficacia de la persecución punitiva, actuando de forma reactiva (la práctica de riesgo ya se habrá producido si fomentas la denuncia) a sabiendas de que ni toda la policía del mundo puede controlar a la aviación recreativa. Quien sabe si es por falta de una cultura generativa de la seguridad en su organización o por puro ánimo recaudatorio.
  • El Ala 78 refuerza su seguridad operacional (y la de terceros usuarios del espacio aéreo de su entorno) difundiendo información y dando un baño de cultura de seguridad generativa a la administración civil, consciente de que una actitud preventiva y una aproximación proactiva al problema es siempre más eficaz en nuestro país que la mera persecución con los limitados medios aéreos con los que cuentan nuestras FFCCS para andar persiguiendo a cada aeromodelista, parapentista o simple operador de un juguete que vuela.
Y éso que los militares tienen medios para identificar, y hasta para derribar si fuera preciso, a los infractores.


En definitiva. Unos gastan sus recursos en prevenir riesgos y otros en enseñar a multarlos cuando se producen, ¿quién lo está haciendo mejor?

Luego no vayamos vendiendo éso de que "la seguridad es lo primero" desde AESA y otras milongas parecidas que solo se creen aquellos que solo vuelan desde escritorios o en la panza de un AIRBUS. Los que vuelan de verdad (algo escaso entre el personal de organizaciones como AESA) saben perfectamente de qué va éso de fomentar la seguridad operacional y tener una cultura generativa como la que le gusta a OACI.





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